Hace un par de años , trabajando (como electricista) en el garage de una clienta ví tirada en un rincón, haciendo de estante o soporte de un antiguo estabilizador, una vieja radio de madera.
Por curiosidad le ofrecí comprársela, y luego de buscarle otra ubicación al estabilizador me la obsequiaron.
La ausencia de casi todas sus válvulas fué un incentivo, y después de mucho consultar en distintos foros, y de hacerme de los repuestos faltantes mi Odeón volvió a la vida. Ahí comienza esta locura...

domingo, 21 de febrero de 2010

peabody 1144

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